Corpóreo
Silencio extenso
Pérdida del color
En un semicírculo
Del pabellón
Con esa misma figura
Extraño yo.
Desde mi atuendo a mis ojos
Salpicados por lo irreal de los tuyos
Que han crecido lejos
De consultorios
Ha pasado ya la tarde
Y no conocemos el daño
Ni me han hablado si quiera
Extraño mi última carpeta al final del aula
Y cuando me llamaban por mi nombre
Cuando me volví transparente
desanduve mi camino en pos
de las historias pendientes.
Ninguna resultó lo que
en su momento
prometía.
Llegué a envidiar
a mi amigo más antiguo
que, al amar,
pone el cuerpo y guarda el corazón.
y después de cada mujer fallida,
indefectiblemente,
compré pochoclo y
me senté en la fila veinte.
Luis Guillermo Alva Helfer
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