Q’om’lek
El viento sopla sin pedir permiso
Está en su naturaleza
El agua corre por ríos y arroyos
Porque su cauce le pertenece
La tierra es nuestra
Desde que nacieron los días
Fuimos señores del Chaco
La selva fue nuestra madre
Impenetrable
Podíamos caminar por ella
Días y noches
Hasta donde el ojo no mira
Pero cada vez
Pero cada vez
Quisieron la tierra
Aunque fuera regada
Con la sangre de nuestras mujeres
Ancianos y niños
Ya nos mataron en Napalpí
Hay un grito indeleble
Clavado en la historia
Hoy nos quieren así
Pobres
Abandonados
Arrinconados
Donde es Laguna Blanca
La tierra es nuestra
Nos pertenece
Desde que nacieron los días
Hoy nos quieren así
Sólo un puñado de
Pobre cristos
Abandonados del cielo
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